Estimados amigos y compañeros:
De la información que acaban de recibir rescato varias cosas y, a la vez, me permito algunas reflexiones y recomendaciones:
1. Vivimos una de las crisis sanitarias, económicas y sociales más graves de la historia de la humanidad. Esto es innegable. Por eso esta Paritaria es la más difícil que hayamos transitado. Y si en otras épocas a Uds. les costó muchísimo sacarle a esta patronal un salario digno y razonablemente actualizado, podemos imaginarnos lo que puede ocurrir en este momento.
2. Pero el Comunicado que Uds. han recibido dice una enorme verdad: trabajar para otros tiene que tener como contrapartida recibir un salario digno, en cualquier circunstancia. Si una empresa para poder funcionar tiene que pagar salarios de hambre y explotar a los trabajadores, quizás sea mejor que cierre. Ese salario digno es un piso al que no se debería renunciar, lo que significa no resignarse ni aceptar la conocida extorsión de la posible pérdida de los puestos de trabajo.
3. Claro que nadie les va a regalar nada, y menos ahora. Sin lucha, tendrán que conformarse con las limosnas que estos empleadores ofrecen (menos del 6% para el período mayo-diciembre 2020, cuando la inflación pasada y la proyectada por el Banco Central es del 25%).
4. Conozco el gremio y conozco las dificultades para adoptar una contundente medida de fuerza. Cuando en una guerra hay una diferencia notoria en la magnitud de los ejércitos, la estrategia lógica es la “guerra de guerrillas”, una forma simbólica de decir que hay que pegar y retirarse, y pegarles dónde más les duele. Por ejemplo en la imagen pública.
5. Pero es más que obvio que lo primero que se necesita para enfrentar este desafío, es la moral de la tropa propia. Y el primer paso es que tome conciencia de la justicia innegable del objetivo de esta lucha. Para ello es aconsejable que se comunique a ella, a la tropa, por todos los medios posibles, la irrisoria oferta patronal y el petitorio sindical. Esta vez no sólo se pide una justa retribución del trabajo que realizan, sino también una compensación por jugarse la salud y la vida para que la empresa pueda trabajar. No olviden que la industria fideera es una de las privilegiadas que han podido seguir produciendo en plena cuarentena. Si fuera posible hay que repartir o volantear en cada fábrica, grande o pequeña, estos documentos que han recibido. Es importante, además, que los asociados o representados por la Cámara patronal (UIFRA) conozcan el estado del conflicto y, desde abajo, la presionen para que lo solucione. Pedir en cada empresa una mejora salarial (bono, o como se llame), alegando que la Paritaria está muy demorada, es muy recomendable. Los viejos métodos de los volantes y de las pintadas, de bajo costo, siguen siendo útiles. Dónde se pueda, hay que preparase para medidas más intensas, siempre disciplinadamente y coordinadas con la Directiva Nacional. Cada Seccional debería proyectar y proponer medidas, según cada realidad. No esperen que todo venga de arriba, porque será tarde.
6. Rescato también del documento que Uds. recibieron, la referencia a los riesgos de toda lucha. Son más que evidentes, pero no podemos dejar de recordar que la inmensa mayoría de los derechos laborales que hoy tienen los compañeros, los ganaron trabajadores que se jugaron la libertad y la vida para conseguirlos. Hoy lo que se timbean es el laburo, que, aunque es muy duro perderlo, ni se compara con aquello.
7. Hoy más que nunca tiene validez la idea de que LA ÚNICA LUCHA QUE SE PIERDE ES LA QUE SE ABANDONA.
Dr. Luis Enrique Ramírez, asesor legal del SATIF.